SOBREPESO Y MICROBIOTA

Te resulta difícil bajar de peso incluso ingiriendo una alimentación poco calórica. A lo mejor el problema es la Microbiota que está desequilibrada.

 

¿QUÉ ES LA MICROBIOTA?

Es el conjunto de “bichos” como bacterias, hongos, virus, arqueas, protozoos y ácaros que hay dentro de nuestro organismo. En estados de salud, tiende a estar equilibrada, pero es muy sensible a muchas de las prácticas cotidianas que realizamos (alimentación, estrés, sedentarismo, alteraciones emocionales) lo que induce a su desequilibrio y con ello al aumento de alguno o algunos de estos “bichos”, generando alarma en el sistema inmune y sus consecuentes síntomas.

Hay microbiota en muchas partes del cuerpo, como boca, intestino, vagina, piel etc. De lo que nos vamos a ocupar en esta ocasión es de la microbiota del intestino y su relación con el exceso de peso.

 

MICROBIOTA INTESTINAL Y SU IMPACTO EN NUESTRO PESO

Según la composición de la microbiota de tu intestino, la eficacia en la extracción de la energía de los alimentos cambia. Este factor no suele tenerse en cuenta y nos puede llevar a un mal resultado en la pérdida de peso.

En muchas ocasiones, hay personas que engordan mucho sin comer en exceso mientras que otras comiendo bastante nunca engordan. A estos se les suele decir ¡qué suerte tienes! ¡Eso es que tienes buena genética! o ¡vaya metabolismo, lo quema todo! Todo esto influye, pero no es todo lo que afecta.

Al estudiar la microbiota intestinal, se ha descubierto que hay bacterias que nos dan la energía de los alimentos que ingerimos de forma muy eficaz, mientras que otras no son tan eficientes.

Cuando queremos perder grasa, debemos darle otro tipo de alimentos a nuestra microbiota intestinal. No significa que tengamos que comer menos, sino diferente y que cambiemos con ello el tipo de bacterias que colonizan el intestino. Esta dieta tendría que ir encaminada a comer de una forma prebiótica para nuestros bichitos buenos, y antiinflamatoria para nosotros.

Tenemos mucha variedad de productos en nuestros supermercados, pero no deberíamos de considerarlos alimentos. Estas sustancias generaran reacciones inflamatorias pequeñas pero continuas. Sí, esos gases tan molestos y a veces dolorosos están indicando que nuestro intestino se está inflamando. Además, estos comestibles industrializados contienen una gran variedad de sustancias que nuestro cerebro no interpreta de forma eficaz. No le es fácil a nuestro organismo sentirse saturado con este tipo de productos, lo que nos lleva a una ingesta excesiva sin que con ello nos nutramos de manera saludable, es decir, comemos mucho sin saciarnos. Seguro que en ocasiones habéis terminado de comer, pero pasas por una hamburguesería o pizzería y os incita a volver a comer. Estos síntomas es lo más parecido a una adicción, ¿no crees? Tienes el estómago lleno pero tu cerebro se confunde y pide más. Es como si a un coche le llenas el depósito de gasolina, pero el indicador no lo registra y no le parece suficiente la gasolina que le has echado.

sobrepeso y microbiota 2

La alimentación industrial tomada diariamente, altera la microbiota generando sobrepeso u obesidad no relacionada con las calorías que has ingerido. Por muy light que sea, esos no son alimentos que te nutran.

 

CONSEJOS PARA MEJORAR LA MICROBIOTA INTESTINAL

  1. Deja de tomar productos industriales ultraprocesados, evita todo lo que venga en bolsa. Inflaman tu intestino, generan gran cantidad de residuos difíciles de eliminar, estimulan el apetito y disminuyen el nivel de saciedad.
  2. Toma gran variedad de vegetales que contengan carbohidratos accesibles a la microbiota. Los tubérculos como las patatas, boniatos y la yuca, son una buena elección, contienen almidón resistente, indispensable para generar un buen sustrato como alimento de las bacterias intestinales. Una vez cocidos los tubérculos, déjalos enfriar en la nevera para que puedas usarlos como prebióticos. A las 24 horas los puedes ingerir, incluso calentar. También es una buena opción prebiótica tomar alimentos fermentados como el Keffir.
  3. Elige alimentos frescos y mejor de temporada como carne, pescados, huevos, fruta, verduras
  4. Ingerir bacterias buenas nos puede ayudar, pero no todos los suplementos son adecuados. Esto debería ser un tratamiento individualizado según los síntomas que presente la persona.
  5. Realizar ejercicio físico.
  6. Mejorar tu situación emocional, manejando de forma más eficaz la energía. La ayuda de un profesional es indispensable
  7. Regular el estrés con meditaciones, respiraciones y relajaciones.

 

Todas estas herramientas puedes adquirirlas de forma individual y con atención personalizada.

¡BAJA ESOS KILOS SIN SUFRIR! ¡Fuera eso bichos malos!

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